lunes, 28 de mayo de 2012

Atelopos Zeteki
Más que identificarme con este anfibio digo y afirmo que cada uno de nosotros lleva un Atelopos Zeteki.
Este curioso animalito es una rana diminuta; el macho en edad adulta llega a medir de 35 a 40 mm con apenas un peso que va desde 3 a 5 gramos, la hembra en edad adulta va desde 45 a 55 mm y su peso oscila de 4 a 7 gramos. Es una especie endémica de Panamá y es conocida como un símbolo nacional. Pertenece a la familia Bufonidae (los sapos típicos). Pero siendo aun un símbolo natural la especie se encuentra en peligro de extinción debido a que el crecimiento de la población ha ido acabando con su hábitat y los grandes índices de la contaminación también acaban con ella.
¿Les recuerda algo? Supongo que no. Aún no.
Mas allá de su peculiar tamaño esta rana también conocida como La rana Dorada, es altamente venenosa, solo basta tocar su piel para que el veneno corra en cuestión de segundos hasta el corazón y lo paralice. Quienes han tenido contacto con ella en literal no han vivido para contarlo.
Me imagino que se preguntaran en que se puede parecer La rana Dorada a nosotros, pues bien hay va: en el simple hecho de que es pequeño pero letal. Si las ranas no estuvieran en peligro de extinción y aunque lo estén, si tuvieran un cerebro más grande que les permitiera pensar; ellas podrían acabar con esa amenaza que pone en peligro su especie: los humanos. Solo seria cuestión de minutos, tal vez horas. Nosotros tenemos el cambio en nuestras manos, nuestro hábitat cada día lo consumimos más, somos nosotros quienes ponemos en riesgo nuestra propia existencia acabando con nuestro planeta y somos nosotros quienes podemos ser letales ante esto, si cada uno hace de lo que ahora es consiente, toma esas pequeñas medidas que ayudan a regular la contaminación y va tocando a mas gente para que se unan al movimiento de salvar al planeta podríamos ser letales como la Atelopos Zeteki nada más que en contra del calentamiento global. Aun estamos a tiempo, todavía no estamos en el punto de NO retorno.

Rossana Machay

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