martes, 29 de mayo de 2012

Mentalidad como agente de cambio

Para comenzar con el ensayo acerca de la mentalidad de los países denominados primermundistas o tercermundistas, considero muy importante definir el porqué se les llama de este modo y cuales son las características de ellos.
Los países que llamamos primermundistas son aquellos que han logrado un alto grado de desarrollo, posible gracias a una buena distribución de la riqueza y calidad de los servicios.
Por lo contrario tenemos a los países denominados tercermundistas, que no han alcanzado una estabilidad en el ámbito socio-económico ni en la calidad de servicios que se les puede brindar.
Teniendo como base estas dos definciones ahora podemos indagar acerca de qué nos puede hacer falta para lograr cambiar ese estatus en el que nos ubicamos como país tercermundista o país “en vías del desarrollo. Desde mi punto de vista, la mentalidad de nosotros es la que determina nuestro comportamiento, y de esta manera regular lo que queremos para nosotros mismos tanto ahora como para el futuro que nos espera.
El hecho de ser conscientes de nuestros actos, determina muchas de las acciones que tomamos día tras día, podemos desear de mil maneras el progreso de nuestro país y nuestra sociedad, pero si no comenzamos por superarnos y cambiar nosotros mismos la mentalidad del “típico mexicano” es decir, tomar la salida fácil para los problemas y apatía ante ellos. Ya que no podemos ser capaces de exigir a nuestras autoridades, gobiernos y demás un cambio si no se inicia desde nuestro hogar, el hecho de no contaminar, no solamente es problema de las fábricas e industrias si no de nosotros mismos, al no depositar nuestros deshechos en su debido lugar, separarlos, no perturbar el medio ambiente, encontrar alternativas para ahorrar luz, agua y demás detalles que por mínimos que parezcan, nos hacen formarnos un perfil amigable con nuestro entorno.
En el ámbito social, de nada sirve que sigamos quejándonos de los gobiernos corruptos si en casos particulares, preferimos pagar un soborno a los policías en lugar de una multa que nos hayan sancionado, éste es un ejemplo simple del conformismo e inercia de querer progresar, opino que al ser nosotros el futuro del país, tenemos como obligación ejercer ese cambio que hace falta para el progreso del mismo y no ser eternamente un país en vías de desarrollo, sin llegar a la estabilidad socioeconómica deseada.
Considero que nosotros como jóvenes tenemos la oportunidad de dar el ejemplo a las generaciones pasadas y las generaciones próximas de cómo cuidar el medio ambiente, como teniendo una ética formidable al estar conscientes de que todavía nos falta mucho por hacer para lograr un giro de 360º a nuestra forma de pensar, de sentir y hasta de expresarnos, de pueden lograr muchas cosas, desde el más mínimo detalle, hasta cambiar la mentalidad de nuestros gobernantes con nuestro ejemplo y ganas de hacer las cosas bien.

Jorge Zaldivar

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